Durante el pasado mes de junio, Antoine Griezmann dejó caer en numerosas ocasiones la posibilidad de abandonar el Atlético de Madrid en el mercado de fichajes. El francés, que había culminado una gran campaña con 16 goles en Liga, se terminó de decidir cuando conoció la sanción que impedía al club realizar inscripciones, lo que provocó a su vez una renovación al alza de su contrato en cuanto al sueldo sin tocar su cláusula de rescisión.
Griezmann se convertía en ese momento en el jugador mejor pagado del club, por lo que la afición espera que demuestre en el campo el por qué de su contrato. Pero lo cierto es que el delantero, en este inicio de temporada, ha estado muy lejos de su mejor nivel tanto de cara a puerta como en sensaciones.
El francés, que hace un año estaba en el podio de los tres mejores jugadores del mundo, ha dado un bajón considerable acompañado del resto del equipo, que no termina de carburar en estas primeras jornadas. Griezmann sólo suma dos goles en estos diez primeros duelos de Liga e iguala, de esta manera, su peor arranque goleador desde que fichó por el Atlético.
El curso pasado, a estas alturas, Griezmann ya había marcado seis goles. El año anterior sumaba cuatro, mientras que en su primer curso de rojiblanco tardó precisamente diez jornadas en celebrar su primer gol (anotó un doblete ante el Córdoba). Lejos de ser la gran referencia del equipo, los dos tantos de Griezmann suponen una pobre cifra a tenor de lo que se espera de un jugador que está llamado a ser la referencia ofensiva del equipo.